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Pregonero Fernando Pinto<\/p>\n\n\n\n

Lugar: Teatro Calder\u00f3n<\/p>\n\n\n\n

\n\nExcelent\u00edsima Alcaldesa de Pe\u00f1aranda. Presidente de la Hermandad de Cofrad\u00edas. Hermanos Mayores y Mayordomos de los Cabildos. Cofrades. Autoridades religiosas y civiles. Se\u00f1oras y Se\u00f1ores, amigos:   Tengo que reconocer que, a pesar de haber acostumbrado al cuerpo y a la mente a enfrentarme asiduamente a la correosa misi\u00f3n de hablar en p\u00fablico, no puedo evitar reconocer que un manojo de nervios recorre el cuerpo de quien desde este atril se dirige a vosotros.  Y es que, hablar ante tu gente, y en este maravilloso teatro, impone. Pues bien\u2026 en primer lugar, desear\u00eda aclarar que no estoy aqu\u00ed en condici\u00f3n de profesor, ni de investigador. Tampoco estoy aqu\u00ed en mi condici\u00f3n de economista, ni siquiera de Pe\u00f1arandino, estoy aqu\u00ed en mi condici\u00f3n de cofrade. No esperen encontrarse aqu\u00ed con un pregonero al uso, pues a parte de no estar acostumbrado, carezco del poso que la edad otorga a quienes generalmente se ocupan de estos menesteres.  Corr\u00eda el a\u00f1o 1996 cuando, un ni\u00f1o de no m\u00e1s de 7 a\u00f1os, acud\u00eda a la antigua sacrist\u00eda de la Ermita de San Luis, para, siguiendo la tradici\u00f3n, obtener el h\u00e1bito de monaguillo de la que, con absoluta fidelidad, ser\u00eda su cofrad\u00eda hasta nuestros d\u00edas.  Comienza aqu\u00ed la historia de un servidor, quien todav\u00eda recuerda el olor a la cera de las velas, a madera carcomida y humedad que impregnaba aquel habit\u00e1culo d\u00f3nde, de no proceder de familia carnicera, cualquier ni\u00f1o en dicha edad, saldr\u00eda disparado ante la estampa de aquella multitud de santos cuyas extremidades en la mayor\u00eda de los casos gozaban de una perfecta mutilaci\u00f3n fruto del paso del tiempo y  por tanto, de la historia. No puedo pasar la ocasi\u00f3n de recordar as\u00ed a mis queridas Ramona y Mari, quienes sembraron al comienzo de aquella primavera del noventa seis, con entrega y dedicaci\u00f3n, el que tiempo despu\u00e9s se convertir\u00eda en el fruto; La devoci\u00f3n a Nuestra Se\u00f1ora de la Piedaddel que desde aqu\u00ed les habla.  Tampoco puedo pasar por alto la retah\u00edla diaria de oraciones qu\u00e9, junto a mi abuela, minutos antes de dormir, repet\u00edamos una y otra vez, cual mantra, mientras pas\u00e1bamos de una estampa a otra (el Jesusito de mi vida, el Ad\u00f3rame usted Cristo, el cuatro esquinitas,\u2026). Estas oraciones, dotaban al ni\u00f1o, que ya se iba haciendo mayor, de la protecci\u00f3n y seguridad que la Fe, junto al amor incondicional a aquel Jes\u00fas yacente en brazos de Mar\u00eda, lo convert\u00edan en una persona infinitamente m\u00e1s fuerte.  Y es que, queridos amigos, si algo a\u00f1oro en esta pasajera situaci\u00f3n de desierto en la que me encuentro, es la fuerza y la confianza de la protecci\u00f3n que los cristianos obtienen diariamente de Dios.  Pues, a fin de no escandalizar al respetado que hoy aqu\u00ed hac\u00e9is el esfuerzo de entenderme, dir\u00e9 que, ya Unamuno, en \u201cLa Oraci\u00f3n del Ateo\u201d comenzaba diciendo algo as\u00ed como:  Oye mi ruego T\u00fa, Dios que no existes, y en tu nada recoge estas mis quejas,\u2026 Es decir, a la vez que reconoc\u00eda su propia incredulidad, hablaba nada menos que a Dios, de t\u00fa. Pero, dejando a un ladolos desvar\u00edos existencialistas, retomaremos ahora aqu\u00ed la historia de aquel chaval, que ya no tan ni\u00f1o, a quien le entraban un racimo de nervios en el est\u00f3mago nada m\u00e1s sal\u00eda de las clases de mecanograf\u00eda, que se impart\u00edan en \u201cEl Comarcal\u201d, y escuchaba de camino a casa, las marchas interpretadas durante los ensayos del invierno de la Banda de Tambores y Cornetas de la Hermandad de Cofrad\u00edas.  Estos, no eran m\u00e1s que los preliminares de aquella semana dotada de un magnetismo especial, no m\u00e1s que la emersi\u00f3n de un magma de ansiedad e incertidumbre de dimensiones espiritualmente desmesuradas.  Con la presentaci\u00f3n del cartel anunciador, el premio nacional de poes\u00eda y el preg\u00f3n (qui\u00e9n me iba a decir que iba a estar yo aqu\u00ed), comenzaban los actos que alarmaban del venidero acontecimiento. Y aqu\u00ed, aqu\u00ed es donde verdaderamente comienza mi singladura, la cual, no es f\u00e1cil de resumir ya que son muchos los recuerdos que me vienen, siempre positivamente, a la cabeza. Con anterioridad al Domingo de Ramos, comenzaba ya a sentir los vaivenes de la Semana Santa mientras acud\u00eda a los ensayos del paso de la Piedad, que serv\u00edan como cuenta atr\u00e1s y d\u00f3nde, junto con Vanesa, Almudena, Paco, Roberto, Miguel, Pedro y de m\u00e1s familia, pas\u00e1bamos algunas noches de primavera entre discusiones y aportaciones a fin de que todo estuviese a punto para lucir el paso. Pasaban as\u00ed las semanas hasta la llegada del primero de los d\u00edas Santos.  El Domingo de Ramos, sobre las ocho de la ma\u00f1ana, yo, y entre otros Pedro Cano, Jacinto, Sergio, Guiller, Joaqui o Paco part\u00edamos los largos varales de laurel que horas despu\u00e9s ser\u00edan repartidos entre los Pe\u00f1arandinos para su posterior bendici\u00f3n. Mientras tanto, Mois\u00e9s remataba el paso de la borriquilla a las puertas de la Ermita, con el objetivo de desfilar anunciando la llegada de la tan esperada semana.El lunes, los nervios se hac\u00edan notar, pues nos dirig\u00edamos hasta la cochera de la calle Honda, para transportar algunas de las carrozas que d\u00edas despu\u00e9s desfilar\u00edan, sin olvidar la parada obligatoria en el taller de Emi para acondicionar los rodamientos de las mismas. El martes santo, generalmente amanec\u00eda con miradas al cielo y esperando que el tiempo respetase la procesi\u00f3n del Humilladero, comenz\u00e1bamos ya en la parroquia algunos de los preparativos correspondientes al acondicionamiento de las carrozas de la cofrad\u00eda de Nuestro Padre Jes\u00fas Nazareno. Si bien, no ser\u00eda hasta el mi\u00e9rcoles cuando, acusando catarro y malestar, har\u00eda pellas para con las clases de la Escuela Municipal de M\u00fasica y acudir\u00eda nada m\u00e1s salir del colegio hasta la Parroquia de San Miguel Arc\u00e1ngel. All\u00ed me esperaban Marisa, Mois\u00e9s, Ana, Queta, y Chemita entre otros. A golpe de alambre, trat\u00e1bamos de convertir la numerosa cantidad de gerberas, en alfombra de los pasos de la cofrad\u00eda y m\u00e1s tarde, tras la cuidadosa limpieza de las tulipas, rematar\u00edamos mediante la aplicaci\u00f3n exhaustiva de pronto a las maderas que ornamentaban los pasos.  He de confesar, que este mi\u00e9rcoles, mientras todo esto ocurr\u00eda y, escapando de Don Isidoro, ten\u00edamos por costumbre la degustaci\u00f3n de huesillos, pastas y limonada en alg\u00fan rinc\u00f3n de la Parroquia sin, por supuesto, ofender a quienes en aquel momento preparaban el traslado del Cristo de la Cama hasta San Luis. Tambi\u00e9n recuerdo, escaparme junto con Chema para tocar el \u00f3rgano, siempre con el objetivo de amenizar a los costaleros de Nuestra Se\u00f1ora de la Esperanza quienes con esmero remataban la colocaci\u00f3n del palio de su titular. Terminada la procesi\u00f3n del mi\u00e9rcoles, en la que sol\u00eda colaborar transportando la cruz parroquial o los faroles, era momento de descansar, aunque no por mucho tiempo. El jueves, prepar\u00e1bamos el calvario por la ma\u00f1ana; Tom\u00e1s, Paco, Sergio, Miguel, a base de cardos y plantas de diferente \u00edndole recogidas por nosotros mismos d\u00edas antes en la finca de \u201cPajarilla\u201d. Asimismo, por la tarde, acud\u00edamos a los oficios, d\u00f3nde el \u201cPangeLingua\u201d creaba el cl\u00edmax necesario para preparar a cuantos all\u00ed est\u00e1bamos para vivir los intensos eventos que iban a acontecer. Tras los oficios, visita de las iglesias y a descansar, pues todav\u00eda no ten\u00edamos la oportunidad de vivir la procesi\u00f3n del encuentro, que ya comenzaba a ser objeto de reincorporaci\u00f3n para la Hermandad de Cofrad\u00edas.  Llegado el Viernes Santo, el d\u00eda de mayor movimiento, sin haber pegado ojo en toda la noche, acud\u00eda sobre las seis y media de la ma\u00f1ana para estar pendiente de los preparativos del \u201cVia Crucis\u201d, la que siempre considerar\u00e9 mi procesi\u00f3n, mi momento de mayor recogimiento. Terminado el mismo, preparaba las mejores galas para la vela, donde todav\u00eda recuerdo el dolor de los n\u00e1uticos reci\u00e9n estrenados.  La tarde, ten\u00eda dos momentos esenciales, el lit\u00fargico y la procesi\u00f3n del Santo Entierro, en la que el fr\u00edo acusaba un cola-cao caliente tan pronto con pudiese llegar a casa tras esta estaci\u00f3n de penitencia. La procesi\u00f3n del Silencio, en la que tambi\u00e9n particip\u00e9 durante a\u00f1os como representante de mi cofrad\u00eda, siempre me result\u00f3 conmovedora, al ver como, en mitad del silenci\u00f3, todos los devotos oraban en forma de salve castellana. El s\u00e1bado tocaba recoger y esperar al domingo de resurrecci\u00f3n. Supon\u00eda una mezcla de tristeza y a su vez, un enchufe de satisfacci\u00f3n por ver que todo hab\u00eda salido bien, analizarlo e incluir algunos pasajes en el anecdotario que hoy, brevemente les resumo. La celebraci\u00f3n llegar\u00eda el Domingo de Resurrecci\u00f3n, d\u00f3nde cada cofrad\u00eda participar\u00eda del encuentro y el emotivo recitar del San Miguel, que creo que es por cierto el \u00fanico rol que no he desempe\u00f1ado (y a pesar de mi estatura, creo que no esta uno ya para estos menesteres). Sin \u00e1nimo de extenderme, pero sin dejar atr\u00e1s mi naturaleza, me gustar\u00eda hacer alguna reflexi\u00f3n m\u00e1s y es que, tras la llamada del presidente para encomendarme la tan cargada de responsabilidad, tarea de pregonar la Semana Santa de mi ciudad, tuve la necesidad de, como profesional de la evaluaci\u00f3n de los quehaceres de nuestros pol\u00edticos y t\u00e9cnicos, y por supuesto, como profesor, analizar la actualidad de esta festividad.  Me gustar\u00eda para ellocitar el libro de Ram\u00f3n Llull titulado \u00abEl libro del gentil y los tres sabios\u201d en el que se hace una llamada al entendimiento, a la concordia entre las diferentes religiones. Y es que, las turbulencias de los \u00faltimos meses entorno a los devenires de la Hermandad, me entristecen, y siento que no deben m\u00e1s que hacernos reflexionar sobre la importancia de la convivencia y las buenas relaciones, no s\u00f3lo de las cofrad\u00edas entre s\u00ed, sino de las diferentes formas de vivir e interpretar una semana de intensa espiritualidad cuyo principal abanderamiento ha de venir de manos del RESPETO. Y es qu\u00e9, habr\u00e1 cofrades, que dedicar\u00e1n esta semana a la reflexi\u00f3n, ha encontrarse bajo el capirote consigo mismos, a realizar prop\u00f3sitos y promesas o simplemente a pasar fr\u00edo.  Tambi\u00e9n habr\u00e1 j\u00f3venes que decidan vivir la experiencia de la Pascua. J\u00f3venes que desear\u00e1n salir de fiesta o flagelarse a limonadas. Habr\u00e1 qui\u00e9n participe de los oficios, qui\u00e9n dedique oraciones al Sant\u00edsimo o quien simplemente acuda el Domingo de Ramos a por un pedazo de laurel a fin de hacer un guiso de conejo.  Y es que a veces, hemos de hacer examen de conciencia y reconocer que se est\u00e1 a Dios rogando y con el mazo dando. Pues como nos indican las sagradas escrituras en Lucas 11:43. \u201c\u00a1Ay de vosotros, fariseos! que am\u00e1is las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.\u201d Sin embargo, lo importante, es lograr comprender que habr\u00e1\u2026 cofrades, j\u00f3venes, ni\u00f1os, adultos, ancianos, religiosos, paganos, agn\u00f3sticos, gente de izquierdas, de derechas, espa\u00f1oles, extranjeros e incluso ateos cuyo papel es esencial, es parte de esta semana, tan importante para nuestra ciudad y que debe calar en los corazones de quienes participan de los diferentes actos lit\u00fargicos y procesionales con LIBERTAD. Pues no todos amamos, sentimos y oramos de la misma forma, a pesar de que nuestras peticiones tengan un mismo DESTINO. No puedo dejar pasar la ocasi\u00f3n de recordar con afecto a todos aquellos que, desafortunadamente, ya no est\u00e1n con nosotros, pues este a\u00f1o no ha sido f\u00e1cil. Si bien, no debemos perder la esperanza, que ha de depositarse principalmente en los j\u00f3venes, con la \u00fanica finalidad de al menos salvaguardar el legado que los que ya no est\u00e1n nos dejaron, y transmitiendo al cielo la despreocupaci\u00f3n y la seguridad de que nada va a cambiar y si esto sucede, ser\u00e1 para mejor. Me refiero a:Labores como\u2026 – Que La Piedad vuelva a lucir su manto colocado de manera precisa junto a las flores que adornan su paso como bien procuraban Ramona y Mar\u00eda. Labores como\u2026- Qu\u00e9 nuestro padre Jes\u00fas Nazareno sea iluminado como bien procuraba nuestro querido amigo Juan. Labores como\u2026- Que el Sant\u00edsimo Cristo de la Cama sea aclamado con los en\u00e9rgicos vivas que en a\u00f1os anteriores exhortaba Guiller.Pero no s\u00f3lo la muerte debe sustentar la capacidad de marcar los cambios, la Semana Santa de Pe\u00f1aranda, debe tambi\u00e9n agradecer y renovarse.  Agradecer a personas como Javier Mesonero y los miembros de la Banda de Tambores y Cornetas de la Hermandad de Cofrad\u00edas que tantos a\u00f1os llevan haciendo esfuerzos personales y econ\u00f3micos para dar de si lo mejor en estas fechas. Agradecer a los costaleros de Nuestra Se\u00f1ora de la Esperanza, de Nuestro Padre Jes\u00fas de Medinaceli, del Sant\u00edsimo Cristo del Humilladero, de la Virgen de la Piedad por la dedicaci\u00f3n de su tiempo a ensayar y preparar las carrozas. Tambi\u00e9n a aquellos que, desplazan con su esfuerzo los pasos con ruedas.  Agradecer a los Hermanos Mayores, a los Mayordomos de los Cabildos, a los cofrades, a los sacerdotes, al presidente de la Hermandad, a los miembros del jurado del Premio Nacional de Poes\u00eda, en definitiva, a todos quienes hacen de estas fechas una semana de pasi\u00f3n y celebraci\u00f3n de la resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas.  Dej\u00e9monos de rencores y colaboremos todos juntos para, desde nuestras posiciones mejorar. Dec\u00eda Gandhi que:\u201cNo dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores\u201d. Todos conocemos el esfuerzo que supone, por tanto, no tiremos piedras a nuestro propio tejado, cambiemos las cosas, pero siempre, siempre desde el coraz\u00f3n.  Si algo me ha ense\u00f1ado la grave situaci\u00f3n econ\u00f3mica que estamos atravesando en la actualidad, es que, a pesar de haber recorrido muchos kil\u00f3metros , al final, si uno no AMA, ya lo dice San Pablo, no sirve de nada. Ayudemos al pr\u00f3jimo, escuchemos a los que nos rodeen y, en caso de debilidad, hag\u00e1monos caso a las palabras San Ignacio, qui\u00e9n dec\u00eda que: \u201cEn tiempos de tribulaci\u00f3n, no hacer mudanza\u201d Deseo terminar agradeciendo a todos aquellos que desde que vi la luz, hab\u00e9is aportado y continu\u00e1is aportando peque\u00f1os granitos de apoyo a fin de hacerme mirar siempre adelante. Asimismo, invito a todos los Pe\u00f1arandinos y gentes de su Comarca a vivir la Semana Santa desde el RESPETO, la LIBERTAD y el AMOR. Porque, como dir\u00eda un jesuita, al que constantemente recurro:  \u201cNunca deb\u00e9is olvidar que estamos empezando siempre\u201d Much\u00edsimas, much\u00edsimas GRACIAS. \n\n<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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